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¿El futuro asistirá a la muerte del cine en el cine?
Reseñado el 23/03/16 por prospectiva
DIARIO LA NACION Diego Batlle 19/03/16

Desde que Sean Parker -cofundador de Napster y primer presidente de Facebook- presentó en sociedad Screening Room, proyecto que plantea ofrecer los estrenos para el consumo hogareño en simultáneo con los lanzamientos en las salas comerciales, Hollywood se dividió en dos bandos antagónicos e irreconciliables que representan a quienes lo ven como un excelente negocio que va en sintonía con los cambios sociales de estos tiempos y aquellos que lo perciben poco menos que como la muerte del "cine en el cine".

La división no sólo se está dando entre productores, distribuidores e incluso exhibidores que apoyan la iniciativa (como la poderosa cadena AMC) o la rechazan de plano (como Regal o la organización Art House Convergence que reú-ne a 600 compañías dedicadas al cine de arte), sino también entre los propios directores. A favor de Screening Room se manifestaron de manera pública, entre otros, Martin Scorsese, Steven Spielberg, Peter Jackson, J.J. Abrams y Ron Howard; en contra, James Cameron, Christopher Nolan, M. Night Shyamalan, Brett Ratner y Roland Emmerich. Sí, la grieta llegó a Hollywood y, en varios casos, enfrenta a viejos amigos y socios.
¿Cómo funcionará, cuánto costará y por qué genera tantas resistencias la propuesta de Screening Room? Según anunciaron Parker y su socio Prem Akkaraju (ejecutivo proveniente de la industria musical), los usuarios tendrán 48 horas para ver la película elegida con una novedosa tecnología que, aseguran, no sólo ofrecerá un streaming de altísima calidad, sino que además evitará por completo la piratería (uno de los grandes miedos que exponen sus detractores).

Habrá que hacer un único pago inicial de 150 dólares y luego abonar otros 50 por película, de los cuales 20 irán a los estudios/productores. Si bien el precio en principio parece caro, lo cierto es que cada persona puede invitar a varios familiares o amigos a la función hogareña. Si una entrada de cine hoy está en promedio en unos ocho dólares en buena parte del mundo, con seis espectadores por proyección se estaría cubriendo el desembolso. Además, Screening Room también le daría a cada cliente que compre un film en su casa dos entradas para ver una película en el cine, medida que parece pensada sobre todo para aplacar la furia de los exhibidores.
Las resistencias de los "jugadores" tradicionales del negocio pasan, sobre todo, por el miedo a perder el terreno que ya han conquistado. Así como el modelo Netflix puso en jaque a los exhibidores, a la televisión por cable y a poderosas compañías como HBO, no son pocos los expertos que admiten que el proyecto podría erosionar buena parte de los ingresos. "Una vez que abrís esa puerta no la cerrás más", indicó M. Night Shyamalan. "Hay mucho por perder porque los riesgos potenciales son altísimos y poco por ganar para el sector de la exhibición", asegura un comunicado de la organización europea The International Union of Cinemas, que agrupa a cadenas de salas de 36 países europeos. La polémica recién empieza, pero está claro que Screening Room no ha dejado a nadie indiferente. Tiempos de cambios. ¿El futuro ya llegó?

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