La “División Óptima” del trabajo entre mentes y máquinas está cambiando rápidamente”
Reseado el 12/10/18 por prospectiva
Javier Estadra para Infobae en colaboración con Adolfo Ruíz - 23 de agosto de 2018
Quizá el mejor ejemplo de la superioridad de la Inteligencia Artificial ocurrió en Marzo de 2016 cuando el programa desarrollado por Google, DeepMind AlphaGo venció 4 a 1 en el Go (tipo de ajedrez oriental) al jugador profesional surcoreano Lee Sedol.
Quizá el mejor ejemplo de la superioridad de la Inteligencia Artificial ocurrió en Marzo de 2016 cuando el programa desarrollado por Google, DeepMind AlphaGo venció 4 a 1 en el Go (tipo de ajedrez oriental) al jugador profesional surcoreano Lee Sedol.
En la medida que la economía se vuelve cada vez más digital, la creación de valor dependerá cada vez menos de las máquinas o del capital humano, sino del desarrollo de aplicaciones. "Las aplicaciones de software son los activos más valiosos que cualquier empresa puede poseer hoy en día. Son la materia prima, el capital humano y la maquinaria de la Era Digital", afirmó François Locoh-Donou, presidente y CEO de F5 Networks.
Mientras la creación de valor se traslada de los productos a las plataformas que proveen las aplicaciones, el talento humano está siendo desafiado simultáneamente por el surgimiento de una nueva forma de pensar y de tomar decisiones, impulsada por la big data y la inteligencia artificial. La consecuente redefinición de la inteligencia y el juicio está desplazando el privilegio de los empresarios de tener bajo su tutela la potestad de tomar decisiones, como solía encomendar la máxima: "Deje que las máquinas se ocupen del trabajo rutinario; deje que las personas tomen las decisiones" para las estructuras empresariales.
Sólo recientemente, esta división de trabajo entre mentes y máquinas comenzó a ser totalmente desafiada. Quizá el mejor ejemplo de la superioridad de la inteligencia artificial ocurrió entre el 9 y 15 de marzo de 2016, cuando el programa desarrollado por Google DeepMind, AlphaGo, venció por 4-1 al jugador profesional surcoreano Lee Sedol, en Go, el ajedrez oriental inventado hace más de 2.500 años. La inteligencia artificial había sido capaz de vencer a los profesionales del ajedrez desde los años 90, como lo hizo Deep Blue de IBM, que derrotó a Garry Kasparov en 1997. Pero hasta 2016, en el juego de estrategia chino la inteligencia humana aún superaba la efectividad matemática de las computadoras.
Lo que destaca la victoria de AlphaGo sobre Lee Sedol con la de sus predecesores no es que ganó la partida, sino cómo la ganó. Específicamente, los expertos del Go afirman que algo particularmente interesante sucedió en la movida número 37 de la segunda partida, cuando AlphaGo colocó su pieza en un lugar del tablero que sorprendió a todos los espectadores. Los comentaristas profesionales dijeron, casi unánimemente, que ni un solo jugador humano habría realizado la misma movida. De hecho, AlphaGo la escogió luego de haber calculado que solo 1 de cada 10.000 humanos habría hecho una maniobra similar.
La máquina de Google ganó la partida en 211 movimientos por abandono. Los expertos del juego luego concluyeron que de alguna manera, AlphaGo había sido capaz de analizar las posibilidades futuras del juego para advertir que la pieza 37 sería fundamental a lo largo de la partida. "Después de que la humanidad pasó miles de años mejorando sus tácticas, las computadoras nos dicen que los humanos estamos completamente equivocados", dijo Ke Jie, el mejor jugador profesional de Go del mundo en la actualidad. "Me atrevería a decir que ni un solo ser humano ha tocado el borde de la verdad de Go".
Es importante no perder de vista lo que es esencial: que AlphaGo no sólo fue capaz de pensar mejor que su oponente, sino que logró pensar de una manera fundamentalmente diferente al cerebro humano. "Las máquinas están demostrando tener un excelente juicio", dijo Andrew McAfee, codirector del MIT Initiative on the Digital Economy, en la conferencia Agility de F5 Networks. "La división óptima del trabajo entre mentes y máquinas está cambiando rápidamente", concluyó.
Mientras la creación de valor se traslada de los productos a las plataformas que proveen las aplicaciones, el talento humano está siendo desafiado simultáneamente por el surgimiento de una nueva forma de pensar y de tomar decisiones, impulsada por la big data y la inteligencia artificial. La consecuente redefinición de la inteligencia y el juicio está desplazando el privilegio de los empresarios de tener bajo su tutela la potestad de tomar decisiones, como solía encomendar la máxima: "Deje que las máquinas se ocupen del trabajo rutinario; deje que las personas tomen las decisiones" para las estructuras empresariales.
Sólo recientemente, esta división de trabajo entre mentes y máquinas comenzó a ser totalmente desafiada. Quizá el mejor ejemplo de la superioridad de la inteligencia artificial ocurrió entre el 9 y 15 de marzo de 2016, cuando el programa desarrollado por Google DeepMind, AlphaGo, venció por 4-1 al jugador profesional surcoreano Lee Sedol, en Go, el ajedrez oriental inventado hace más de 2.500 años. La inteligencia artificial había sido capaz de vencer a los profesionales del ajedrez desde los años 90, como lo hizo Deep Blue de IBM, que derrotó a Garry Kasparov en 1997. Pero hasta 2016, en el juego de estrategia chino la inteligencia humana aún superaba la efectividad matemática de las computadoras.
Lo que destaca la victoria de AlphaGo sobre Lee Sedol con la de sus predecesores no es que ganó la partida, sino cómo la ganó. Específicamente, los expertos del Go afirman que algo particularmente interesante sucedió en la movida número 37 de la segunda partida, cuando AlphaGo colocó su pieza en un lugar del tablero que sorprendió a todos los espectadores. Los comentaristas profesionales dijeron, casi unánimemente, que ni un solo jugador humano habría realizado la misma movida. De hecho, AlphaGo la escogió luego de haber calculado que solo 1 de cada 10.000 humanos habría hecho una maniobra similar.
La máquina de Google ganó la partida en 211 movimientos por abandono. Los expertos del juego luego concluyeron que de alguna manera, AlphaGo había sido capaz de analizar las posibilidades futuras del juego para advertir que la pieza 37 sería fundamental a lo largo de la partida. "Después de que la humanidad pasó miles de años mejorando sus tácticas, las computadoras nos dicen que los humanos estamos completamente equivocados", dijo Ke Jie, el mejor jugador profesional de Go del mundo en la actualidad. "Me atrevería a decir que ni un solo ser humano ha tocado el borde de la verdad de Go".
Es importante no perder de vista lo que es esencial: que AlphaGo no sólo fue capaz de pensar mejor que su oponente, sino que logró pensar de una manera fundamentalmente diferente al cerebro humano. "Las máquinas están demostrando tener un excelente juicio", dijo Andrew McAfee, codirector del MIT Initiative on the Digital Economy, en la conferencia Agility de F5 Networks. "La división óptima del trabajo entre mentes y máquinas está cambiando rápidamente", concluyó.