Una nueva epidemia de heroína sacude Estados Unidos. La ola de adicciones a lo opiáceos establece un futuro incierto.
Reseado el 29/12/15 por prospectiva
(Ver nota anterior "Una investigación de la Universidad de Princeton alerta sobre una epidemia silenciosa que erige escenario prospectivo muy preocupante" en esta misma pestaña)
Nota de El País, España
Marc Bassets Washington 28 DIC 2015
Una epidemia de heroína y drogas similares golpea Estados Unidos. Al contrario que hace unas décadas, las víctimas no viven en zonas urbanas degradadas sino en barrios residenciales blancos. Ya no se las estigmatiza. Insólitamente, en los debates de la campaña para las elecciones presidenciales los candidatos no discuten sobre políticas represivas sino de rehabilitación. Las muertes por sobredosis casi se han cuadruplicado desde 2000. En este país mueren más personas por sobredosis —de esta y otras drogas— que por accidentes de tráfico.
El nuevo adicto es blanco
Nota de El País, España
Marc Bassets Washington 28 DIC 2015
Una epidemia de heroína y drogas similares golpea Estados Unidos. Al contrario que hace unas décadas, las víctimas no viven en zonas urbanas degradadas sino en barrios residenciales blancos. Ya no se las estigmatiza. Insólitamente, en los debates de la campaña para las elecciones presidenciales los candidatos no discuten sobre políticas represivas sino de rehabilitación. Las muertes por sobredosis casi se han cuadruplicado desde 2000. En este país mueren más personas por sobredosis —de esta y otras drogas— que por accidentes de tráfico.
El nuevo adicto es blanco
En 2014 murieron en EE UU más personas por sobredosis de drogas (47.055) que en ningún otro año registrado, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. Un 60% murieron por sobredosis de opiáceos, que incluye medicamentos que pueden adquirirse con receta, y la heroína.
“En los últimos 8 o 10 años hemos visto un aumento de las personas que consumen opiáceos”, dice por teléfono Meghan Westwood, directora ejecutiva del Centro de Tratamiento de Avery Road en Rockville, en el condado de Montgomery, cerca de Washington.
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“En los últimos 8 o 10 años hemos visto un aumento de las personas que consumen opiáceos”, dice por teléfono Meghan Westwood, directora ejecutiva del Centro de Tratamiento de Avery Road en Rockville, en el condado de Montgomery, cerca de Washington.
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