El futuro de Internet se llena de niebla
Reseñado el 23/11/15 por prospectiva
Ernesto Martelli
LA NACION
Domingo 22 de noviembre de 2015
Llegó la hora de la neblina en la ciencia de la informática, en esta etapa en que las metáforas de la meteorologÃa parecen dominar los pronósticos sobre la arquitectura de la conectividad.
En los últimos años, se extendió la computación en la Nube: el almacenamiento remoto, que permitÃa eliminar la conservación de archivos pesados en dispositivos personales y alojarlos en lugares de fácil acceso. La idea de que esos cumulus nimbus de datos se ubicaban en la atmósfera sirvió para explicarla.
Ahora, en tiempos de Internet de las cosas, en las que millones de dispositivos como autos, heladeras, teléfonos, relojes o prendas de ropa estarán conectadas, ya se habla de la computación en la niebla: pequeñas partÃculas, mucho más cercanas, más livianas, menos perceptibles. La niebla. Este viernes, gigantes como Dell, Cisco, Microsoft e Intel, entre otros, formaron un consorcio para su desarrollo. Y, ayer mismo, un análisis aprovechaba la figura literaria: cada vez cuesta más ver el futuro que se nos insinúa entre la bruma.
LA NACION
Domingo 22 de noviembre de 2015
Llegó la hora de la neblina en la ciencia de la informática, en esta etapa en que las metáforas de la meteorologÃa parecen dominar los pronósticos sobre la arquitectura de la conectividad.
En los últimos años, se extendió la computación en la Nube: el almacenamiento remoto, que permitÃa eliminar la conservación de archivos pesados en dispositivos personales y alojarlos en lugares de fácil acceso. La idea de que esos cumulus nimbus de datos se ubicaban en la atmósfera sirvió para explicarla.
Ahora, en tiempos de Internet de las cosas, en las que millones de dispositivos como autos, heladeras, teléfonos, relojes o prendas de ropa estarán conectadas, ya se habla de la computación en la niebla: pequeñas partÃculas, mucho más cercanas, más livianas, menos perceptibles. La niebla. Este viernes, gigantes como Dell, Cisco, Microsoft e Intel, entre otros, formaron un consorcio para su desarrollo. Y, ayer mismo, un análisis aprovechaba la figura literaria: cada vez cuesta más ver el futuro que se nos insinúa entre la bruma.