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¿Podemos ser eternos?
Reseñado el 29/09/15 por prospectiva
Nota del Instituto Baikal
10/08/2015
Por Valeria Bosio
En esta búsqueda de prolongar la vida del hombre, una nueva tendencia entre los científicos es la Biomimética. Según la revista científica Nature la Biomimética es un campo interdisciplinario que intenta emular un proceso biológico a partir de la síntesis de materiales, sistemas sintéticos o máquinas haciendo uso de la ingeniería, la química y la biología. El trabajo de titulado Synthetic jellyfish, a hybrid of rat hearts and plastic realizado en Harvard y Caltech hace exactamente ya 3 años, es un ejemplo: se logró emular el movimiento de una medusa a partir de un sistema artificial generado en base a un polímero y células de corazón de otro ser vivo.

Pero a veces, mejor aún, es observar a la Naturaleza en algún proceso que nos muestre algún mecanismo en particular, que podría resolver situaciones concretas que nuestro propio organismo es incapaz. Por ejemplo el caso de los canguros, hoy usados como modelo de células en los laboratorios de cultivos celulares, que son capaces de regenerar su piel en tan solo horas [sí, ¡horas!] a partir de una proteína que se encarga de reparar el ADN que allí se dañó.(Ver Premio Nobel de Química para estudios de reparación del ADN. La Real Academia Sueca entregó el prestigioso galardón a Thomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar.http://www.lanacion.com.ar/1834418-premio-nobel-de-quimica-para-estudios-de-reparacion-del-adn Miércoles 07 de octubre de 2015)
El Profesor David Kaplan, un reconocido científico y Director del TERC [Instituto de Ingeniería Tisular en Boston] que busca prolongar la vida del ser humano a partir de gusanos de seda y arañas. Y es que no hace mucho que se descubrieron nuevas propiedades en la seda natural [en sus trabajos de revisión logra de una manera amena introducirnos en este nuevo campo], una proteína que milenariamente el hombre ha utilizado casi exclusivamente para la industria textil. Hoy, cientos de científicos se desesperan por utilizar sus propiedades recientemente descubiertas, ya sea para fabricar nano-dispositivos [dispositivos 10 veces más pequeños que 1 micrón] que liberen medicamentos en nuestro organismo o sensen ciertas moléculas que nos den un reporte de cómo estamos internamente. O, más interesante aún, ayude a regenerar tejidos dañados de nuestro cuerpo. En última aplicación se re-crea con seda las estructuras que habitualmente tienen las células en cada tipo de tejido humano para sostenerse durante su crecimiento y diferenciación, adentrándose así en el mundo de la ingeniería y regeneración tisular que nos permitirá regenerar órganos y cuerpos enteros en no tanto tiempo.

Otro caso cercano y aplicable también a reparación de tejidos es el que cita Andrew R. Scott [Polymers: Secrets from the deep sea] en la sección Outlook de la revista Nature para la edición de Marzo de este año. Allí nos cuenta livianamente cómo el mecanismo de agarre a rocas de los mejillones puede inspirarnos para restaurar el tejido de huesos fracturados.
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