Nuestra última oportunidad para salvar el planeta
Reseñado el 02/06/14 por prospectiva
Por Jeffrey Sachs | Para LA NACION
La Humanidad ya casi se ha quedado sin tiempo para abordar el cambio climático. Los cientÃficos señalan que un aumento de la temperatura de dos grados centÃgrados por encima de los niveles preindustriales colocará a la Tierra en un terreno peligroso y desconocido. Pero vamos camino a una suba de cuatro grados o más en este siglo. Llegó la última oportunidad para actuar.
La Humanidad ya casi se ha quedado sin tiempo para abordar el cambio climático. Los cientÃficos señalan que un aumento de la temperatura de dos grados centÃgrados por encima de los niveles preindustriales colocará a la Tierra en un terreno peligroso y desconocido. Pero vamos camino a una suba de cuatro grados o más en este siglo. Llegó la última oportunidad para actuar.
La oportunidad se producirá en diciembre de 2015, en ParÃs, cuando los gobiernos del mundo se reúnan para la 21a reunión anual de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, pero ésa vez será diferente. O los gobiernos acuerdan adoptar medidas decisivas o la salud climática se nos deslizará de entre los dedos.
En 1992, los gobiernos del mundo aprobaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y prometieron evitar "la peligrosa interferencia antropogénica [inducida por el hombre] en el sistema climático", para reducir la tasa de emisión de los gases que provocan el efecto invernadero, en particular el dióxido de carbono. Aunque el tratado entró en vigor en 1994, la tasa de emisiones de gases subió.
En 1992, con la combustión mundial de carbón, petróleo y gas, más la producción de cemento, se lanzaron 22.600 millones de toneladas de CO2 al aire. En 2012, las emisiones ascendieron a 34.500 millones de toneladas. En lugar de controlarlo, la humanidad aceleró el cambio inducido por el hombre.
Es el mayor problema moral de nuestro tiempo. El uso de combustibles fósiles amenaza a los pobres, los más vulnerables al cambio climático y a las generaciones futuras.
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En 1992, los gobiernos del mundo aprobaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y prometieron evitar "la peligrosa interferencia antropogénica [inducida por el hombre] en el sistema climático", para reducir la tasa de emisión de los gases que provocan el efecto invernadero, en particular el dióxido de carbono. Aunque el tratado entró en vigor en 1994, la tasa de emisiones de gases subió.
En 1992, con la combustión mundial de carbón, petróleo y gas, más la producción de cemento, se lanzaron 22.600 millones de toneladas de CO2 al aire. En 2012, las emisiones ascendieron a 34.500 millones de toneladas. En lugar de controlarlo, la humanidad aceleró el cambio inducido por el hombre.
Es el mayor problema moral de nuestro tiempo. El uso de combustibles fósiles amenaza a los pobres, los más vulnerables al cambio climático y a las generaciones futuras.
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