Climagate: cuando los escépticos pasan a la ofensiva
Reseñado el 11/06/10 por prospectiva
Poniendo en tela de juicio los hallazgos cientÃficos que establecen que las emisiones humanas de gases de efecto invernadero son la principal causa del calentamiento global, una falange heteróclita de escépticos del clima con motivaciones y perfiles diversos emergió progresivamente durante estos últimos años.
La virulencia de sus ataques se intensificó repentinamente en los últimos meses, como lo demuestra el instructivo episodio del Climagate. Detalles de los hechos y explicaciones de una polémica que sigue en pie. Pocos dÃas antes de la apertura de la conferencia internacional de Copenhague sobre el cambio climático, en diciembre del 2009, unos hackers piratean y difunden en Internet un historial de correos electrónicos de investigadores de la universidad inglesa de East Anglia.
Algunos de estos e-mails, que aludÃan a conversaciones informales y a menudo técnicas entre climatólogos, fueron utilizados por los escépticos del clima para acusar a varios cientÃficos del GIEC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU) de ocultar datos con el fin de dramatizar el calentamiento y manipular a la opinión pública al respecto.
En cualquier caso, el Climagate revela dos cosas. En primer lugar, que algunos escépticos del clima han entrado en una fase ofensiva que no excluye prácticas desleales que surjan de la manipulación y dirigidas a personas más que a ideas. Se teme que esta ofensiva vaya intensificándose a medida que progrese la acción polÃtica sobre el cambio climático; acción que, de hecho, amenaza múltiples intereses económicos a corto plazo. En segundo lugar, y éste es el punto tranquilizador para la ciencia del clima, este episodio tempestuoso pone de relieve la debilidad de la argumentación racional cuestionando el calentamiento global: fue necesario para tratar de desacreditar a los expertos en esta cuestión recurrir a la manipulación en lugar de la argumentación.
El Climagate subraya entonces, aunque en forma negativa, un hecho ineludible: hasta la fecha no existe ningún argumento racional y cientÃfico que desmienta que el calentamiento global es una realidad inequÃvoca y que las emisiones de CO2 antropogénicas son su causa predominante, para citar las conclusiones del último informe del GIEC.
Alexis Hannart: Doctor en ClimatologÃa y cientÃfico del CNRS (Francia). Participa en la investigación sobre el clima en colaboración con el CONICET y la Universidad de Buenos Aires.
Fuente: Revista Ecosistema
Algunos de estos e-mails, que aludÃan a conversaciones informales y a menudo técnicas entre climatólogos, fueron utilizados por los escépticos del clima para acusar a varios cientÃficos del GIEC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU) de ocultar datos con el fin de dramatizar el calentamiento y manipular a la opinión pública al respecto.
En cualquier caso, el Climagate revela dos cosas. En primer lugar, que algunos escépticos del clima han entrado en una fase ofensiva que no excluye prácticas desleales que surjan de la manipulación y dirigidas a personas más que a ideas. Se teme que esta ofensiva vaya intensificándose a medida que progrese la acción polÃtica sobre el cambio climático; acción que, de hecho, amenaza múltiples intereses económicos a corto plazo. En segundo lugar, y éste es el punto tranquilizador para la ciencia del clima, este episodio tempestuoso pone de relieve la debilidad de la argumentación racional cuestionando el calentamiento global: fue necesario para tratar de desacreditar a los expertos en esta cuestión recurrir a la manipulación en lugar de la argumentación.
El Climagate subraya entonces, aunque en forma negativa, un hecho ineludible: hasta la fecha no existe ningún argumento racional y cientÃfico que desmienta que el calentamiento global es una realidad inequÃvoca y que las emisiones de CO2 antropogénicas son su causa predominante, para citar las conclusiones del último informe del GIEC.
Alexis Hannart: Doctor en ClimatologÃa y cientÃfico del CNRS (Francia). Participa en la investigación sobre el clima en colaboración con el CONICET y la Universidad de Buenos Aires.
Fuente: Revista Ecosistema