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PROYECCIÓN HACIA EL FUTURO DEL CONOCIMIENTO DEL COSMOS
Reseñado el 16/07/14 por prospectiva
Misteriosas ráfagas de origen extragaláctico
El descubrimiento de una nueva ráfaga rápida de ondas de radio con el gran radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) indica que las previas detecciones realizadas desde Australia son reales y que pueden tener un origen extragaláctico.
El descubrimiento de los púlsares es uno de los episodios más fascinantes de la historia de la astronomía. Esos pulsos de microondas que duran una fracción de segundo, y que se reciben con una regularidad pasmosa, constituyeron un gran misterio en el momento del hallazgo. Los estudiantes que estaban a cargo del experimento apodaron a aquella señal LGM-1 (Little-Green-Man - 1, es decir: Hobrecillo-Verde-1) pues aquellos pulsos eran tan regulares que parecían emitidos por algún sistema inteligente extraterrestre. Sin embargo, pronto se identificaron tales pulsos con las emisiones de las estrellas de neutrones que, entonces, también pasaron a denominarse púlsares.
Los radioastrónomos se enfrentan ahora con otro misterio que resulta similar en algunos aspectos. Mientras se estudiaban púlsares con el radiotelescopio de Parkes, en Australia, se venían detectando unos pulsos muy especiales que son extremadamente rápidos, apenas duran unos milisegundos. En contraste con los emitidos por los púlsares, estos nuevos pulsos no son periódicos, sino esporádicos. Es decir, se detectan una única vez en una dirección del cielo y desaparecen rápidamente.
Esta nueva detección parece confirmar que las observaciones de destellos rápidos realizadas en Australia no eran una mera interferencia de origen terrestre y hace que nos preguntemos sobre su origen cósmico. Tras explorar todas las opciones posibles, Spitler y sus colaboradores han concluido que el origen de estos breves destellos no puede situarse en nuestro sistema solar, ni siquiera en la Vía Láctea, sino que debe buscarse en el universo extragaláctico.
Estas ráfagas son tan breves y esporádicas que resulta imposible estudiarlas simultáneamente con otros telescopios trabajando en diferentes longitudes de onda. Además, debido a las características de las observaciones en ondas de radio, la localización de la zona de emisión (el círculo verde ya citado) no es suficientemente precisa para poder asociar los destellos con astros reconocibles en el visible.
El origen de estas emisiones es, hoy por hoy, un completo enigma. Si estos brotes de emisión están situados a distancias extragalácticas, para ser detectables desde la Tierra deben de ser extremadamente energéticos, y ello nos lleva a teorizar que los mecanismos que los han causado deben de ser muy violentos. Algunas especulaciones sobre el origen de estos destellos incluyen el resultado de la evaporación de un agujero negro, la colisión de dos estrellas de neutrones, o una fulguración originada en un magnetar (un tipo de estrellas de neutrones con campos magnéticos extremos).

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